Recuerdo
que me sentía entumida.
Anestesiada.
En el
momento de decir adiós, ella se quedó llorando.
Y ellas
lloraban también.
Pero yo
no.
Yo no sentía
nada.
Ni dolor,
tristeza, enojo, angustia, desesperación…
Nada.
Aun me
sigo sintiendo así.