sábado, 11 de abril de 2015

Despedida.

Recuerdo que me sentía entumida.
Anestesiada.
En el momento de decir adiós, ella se quedó llorando.
Y ellas lloraban también.
Pero yo no.
Yo no sentía nada.
Ni dolor, tristeza, enojo, angustia, desesperación…
Nada.

Aun me sigo sintiendo así.